Además de la calidad y autenticidad de mis postres, otro aspecto que me distingue es mi dedicación a la tradición y la historia de la pastelería venezolana. Cada receta que uso ha sido perfeccionada a lo largo de los años, con técnicas y secretos que he aprendido de expertos pasteleros y a través de múltiples cursos. Esta dedicación al arte de la pastelería se refleja en cada uno de mis productos, donde se combinan sabor y técnica para crear postres excepcionales que capturan la esencia de la cocina venezolana.
Mi historia comenzó en Venezuela en 2010 con una pequeña pastelería que se fue expandiendo hasta ser proveedora de cafeterías universitarias, hospitales, escuelas y otros establecimientos. Esta experiencia me ha dado una comprensión profunda de lo que significa mantener la consistencia y calidad en cada creación, independientemente de la cantidad. Al trasladar esta pasión y conocimiento a Houston, he podido compartir una parte importante de mi herencia cultural con la comunidad local, ofreciendo postres que no solo satisfacen el paladar, sino que también cuentan una historia de dedicación y amor por la pastelería.